Siestas de verano, ¿descansas mejor?
Pocas cosas hay más vinculadas a nuestro carácter mediterráneo que las siestas. De hecho, en verano está costumbre se multiplica ante las vacaciones, el mayor tiempo libre y las altas temperaturas.
A continuación vamos a ver las ventajas de dedicar un ratito a la siesta y, luego, cómo crear el ambiente perfecto para descansar, reposar y recargar nuestra energía para la tarde.
¿Solo 20 minutos de siesta?
Sí, aunque te pueda parecer poco todos los expertos coinciden que las siestas deben ser cortas y a una hora temprana. De hecho, se calcula que a partir de las 3 de la tarde ya interfieren en nuestra rutina de sueño.
Una siesta corta está llena de beneficios como mejorar el humor, favorecer concentración en las tareas de la tarde o las que cierran el día, disminuir la fatiga y nos relajan. Los expertos del sueño apuntan que es mejor hacerlas dentro de una rutina y no solo en días puntuales, siempre recuerda que sean cortas.
Este tipo de siestas de menos de 20 minutos hacen que te levantes con mucha energía y sin caer en la inercia del sueño. Esa sensación de desorientación y apatía general que se presenta después de una siesta prolongada.
El ambiente ideal también para la siesta
Al igual que a la hora de acostarnos, la siesta también necesita un ambiente relajado y sosegado. Nada de dormir en el sofá o echar una cabezadita en el sillón, la siesta mejor en la cama.
Aprovecha este ratito para estar tranquila, pensar sin móviles ni distracciones y cargar pilas de verdad. ¿Eres muy de siestas? ¿Mejor en la cama o en el sofá?
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