Me quiero relajar. Me voy de Vacaciones….mentales
"Suena el despertador, abro los ojos y lo primero que veo es ese rayito de sol que se ha colado por los agujeritos de la persiana que no cerré del todo anoche. No me cuesta levantarme, me desperezo y me dirijo directamente hacia la ducha, mientras tarareo esa canción que tanto me gusta. Me ducho y me pongo mi vestido favorito, perfectamente planchado. Preparo un café, cuyo olor me invade y me despeja dándome un “chute” de energía instantáneo. La tostada con aceite y tomate esta lista, me la como sin prisas mientras leo la prensa de la mañana. Ya estoy preparada para comerme el mundo, con la energía positiva recargada que rebosa por todos y cada uno de mis poros……………"
Si nos levantáramos así todas las mañanas no habría obstáculo que se nos resistiera, ni nada que pudiera ponernos de mal humor, nuestro cupo de paciencia estaría por los cielos y la sonrisa de oreja a oreja sería la prenda que más destacara de nuestro “outfit”.
Sin embargo, la realidad muchas veces es diferente, el caos del día a día no nos ayuda mucho a relajarnos ni empezar el día tranquilos. Lo más normal es que una se levante de golpe, tropezando con la ropa que no recogió del día de antes, poniéndose lo primero que pille y arrugado. El café, con suerte, será de la maquina del trabajo y la tostada… ¿qué tostada?, de las noticias como mucho te enteras por Facebook y tu día ya ha empezado con estrés.
Hay muchas tácticas y consejos de relajación que inundan libros, redes sociales y blogs. Lo cierto y verdad, es que todos en nuestro interior sabemos lo que uno tiene que hacer para relajarse, simplemente lo que hace falta es que tu mente haga ese “clic” para ponerse manos a la obra. Y eso sucede de repente, en cualquier lugar y a cualquier hora, ya sea porque has vuelto a leer un post de relajación, porque tu canción favorita decía algo que te ha hecho reflexionar o porque has visto a alguien haciendo yoga y esa imagen, en ese momento concreto ha sido lo que te ha empujado a hacer un cambio en tu vida.
Irse de spa o quedarte en el sofá sin hacer nada no apagará esa “voz en off” que tenemos en la cabeza y que no calla nunca, dándole vueltas a todo una y otra vez. Para poder relajarse de verdad uno tiene que cambiar ciertos hábitos en su día a día y crear otros nuevos, y como dicen que para crear un hábito nuevo se necesitan 20 días, te propongo que te pongas como primer objetivo cumplir con ese plazo, haciendo esos cambios para empezar el día a día tranquila/o.
COMIENZA EL DÍA RELAJADA/O
Levantarte con tiempo es vital para comenzar el día bien y tranquilo respetando, por supuesto, las horas de sueño que nos aconsejan los médicos. Cuando te levantas con prisas, adoptas un estado de alerta que te agota de buena mañana, convirtiéndose en un huésped permanente de tu mente para el resto del día. Por tanto, levántate antes y comienza tu día relajado.
P-L-A-N-I-F-I-C-A-C-I-Ó-N
No te digo que tengas cada paso programado y planificado, pero si es importante que sepas lo que vas hacer en un día. Es necesario que establezcamos prioridades y horarios. Y es que trabajar 14 horas no te va hacer más eficiente y hacerlo todo a la vez hará que ninguna de esas tareas se lleve a cabo con profundidad.
Más vale que lo planifiques en varios días y que cumplas con tus objetivos diarios, aunque sean más pequeños, a que intentes hacerlo todo a la vez y que no termines con nada.
Esto último te generará estrés y sentimientos negativos, al pensar que no has sido capaz de cumplir con los objetivos marcados. El tener las cosas organizadas te relaja, te tranquiliza e, incluso, aumenta la seguridad en uno mismo.
CUMPLE CON TUS HITOS. SE CONSTANTE. MARCA HORARIOS
Cualquier objetivo que te marques, ya sea hacer ejercicio 3 veces a la semana, leer un rato por las noches o levantar tu empresa requiere constancia y un horario que debes cumplir a raja tabla.
Respecto al horario, es mas importante de lo que nos creemos, tan importante es cumplir con las horas de trabajo como cumplir con las horas de descanso, si tienes fijado jugar al pádel 3 veces por semana de 7 a 9 de la noche, tendrás que sacar tiempo y, al igual que tienes la obligación de trabajar las horas establecidas, las horas de ejercicio o descanso también tienen que ser respetadas.
NO DEJES LAS COSAS A MEDIAS.
Dejar las cosas a medias, a la larga, provoca sensación de estrés. Cuando uno cumple con algún hito marcado, mentalmente sube un escalón y siente felicidad, aunque sea momentánea. Esa sensación es un pasito hacia la relajación mental que tanto necesitamos para dejar de sentirnos agobiados.
CIERRE POR VACACIONES ..."MENTALES".....
Si, uno tiene que ser capaz de finalizar el día desconectando de todo, centrándose en el descanso mental y físico. Ese descanso puede consistir en todo aquello que tanto te gusta hacer y para lo que nunca sacas tiempo. Se tiene que dedicar, al menos, una hora al día para relajar la mente y el cuerpo, que no solo te relajará sino que, además, te ayudará a conciliar el sueño más rápido y que la calidad del mismo sea óptima para levantarse al día siguiente como una rosa.
MÍMATE
Por último, pero no menos importante, uno se tiene que mimar de vez en cuando. Y es que necesitamos nuestros “premios” por ser constantes y cumplir con nuestros objetivos. Por tanto, un caprichito de vez en cuando, una escapada a la playa o una sesión de masaje es ideal para cuidarse y recargar nuestras pilas para seguir con nuestras metas.
Nosotros ya nos fuimos de relax a la playa donde hicimos estas fotos que te dejamos más abajo. Cuéntanos como te relajas tú y que métodos sigues.
Un besazo y hasta el próximo post, decoradictos.
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